Columna de Opinión – Gastón Vega, Co-Founder Avanzo

Los griegos decían que el Resilo es “caer hacia atrás y rebotar”, en otras palabras, reponernos de las dificultades. Ahora en épocas de incertidumbre, los expertos en Recursos Humanos han logrado aplicar este concepto en las finanzas personales de los colaboradores. De acuerdo con el Bbva, “la resiliencia financiera es la capacidad que tiene la persona de afrontar los episodios de su vida que afectan negativamente a sus ingresos o activos. Para conseguir sobreponerse a las crisis monetarias, es necesario poner en marcha estrategias que minimicen los efectos de las malas rachas”.

Muchos líderes en Recursos Humanos se preguntan por qué deberían preocuparse por enseñar este concepto a sus colaboradores. La respuesta es muy sencilla, el 80% de los colaboradores a tienen disparado sus niveles de estrés debido a la inseguridad sobre la continuidad en el trabajo. Desafortunadamente su preocupación es válida pues se calcula que cuatro de cada 10 latinoamericanos están perdiendo su empleo y de estos la mitad no logrará volver a su nivel de ingresos anterior. Con este panorama es más que obvio que el estrés financiero está elevado y según PWC las empresas están afectando su productividad en 48%.

Una vez entendido este fenómeno, es clave que las compañías entiendan las principales causas del estrés financiero para poder transmitir herramientas concretas que permitan generar Resilo y así retomar la senda de la productividad. Dentro de las principales causas encontramos: ausentismo, pérdida de la motivación, más errores en las tareas, rotación y falta de concentración. Muchas empresas ya están empezando a actuar y están incluyendo dentro de su plan estratégico, para convertirse en una organización saludable, un bloque denominado “bienestar financiero”, sin embargo, esto se queda corto.

Cuando hablamos de bienestar financiero, la mayoría de las organizaciones decidió ofrecer pequeñas charlas sobre finanzas personales y el ahorro, pero además de este contenido el grueso de los trabajadores necesita que les ayuden a ejercitar nuevos hábitos como, por ejemplo, el autocontrol, el optimismo, la aceptación, la capacidad de encontrar nuevas oportunidades, la calma, la responsabilidad y la capacidad de comenzar desde cero. Todo esto requiere de organizaciones con herramientas mucho más avanzadas que las que estamos viendo. Lo primero es asegurarnos de que nuestras áreas de Recursos Humanos y formación no solo dominen estos conceptos, también debemos tener claro que en este mundo cambiante debe haber recursos importantes destinados a poder seguirle el pulso a un tema que muta constantemente.

Dentro de los esfuerzos que deben incrementar sobresalen cursos permanentes de educación financiera, pero más allá de esto, debemos tener expertos que ofrezcan consejos individuales, terapias preventivas para el estrés y diálogo abierto entre los líderes y los colaboradores, entre otros. También es clave contar con productos crediticios legales que alejen a los colaboradores de los prestamistas usureros informales que extorsionan constantemente a nuestros colaboradores.

Recuerden, si logramos que nuestros colaboradores adquieran estas habilidades, lograremos impactar directamente la productividad de nuestras compañías y contribuiremos a una mejor sociedad.